viernes, 29 de marzo de 2013

MIGRACIONES



 
               Ya tengo otra migración en mis manos, Nicolás Ramajo me lo
ha mandado. No es un libro, no es un mapa, no es un objeto.
Es un compendio de magia, introducida a golpe de viajes en
el alma de mi amigo, y el que guarda restos de naufragios,
me ha mandado un plano del Autobús de Banlieue, lo ha
rellenado de vivencias, ha escrito para recordar las
paradas en el tiempo con lápiz, emborronado por los golpes
de baches y vecinos empujando. Anotadas todas y cada una de
las horas que perdió, de lo autobuses que pasaron y que no
cogió.
   Dentro de estos recuerdos del año1979, ha recompuesto su collage de
vida, son trozos y restos de fugaces miradas, de lágrimas y sollozos
entrecortados para no ser vistos por nadie.
   Diccionarios escritos a mano en su interior, esfuerzos entrecortados
por los cambios de residencia, por los malos momentos pasados; por los
que quedan por llegar.
  Una vez que terminó su recorrido para mandármelo, lo cosió dulcemente,
pero de manera dura y severa, como con rabia, acostumbrado a recibir
paquetes desde el otro lado del mundo sabe que deben de ir atados y bien
atados para que no se pierda ni un átomo del aire que contienen, y así
poder saborear el aroma del café recién hecho de casa.
  Maravilloso recorte de vida y soledad que me mandan desde Bulgaria, no
lo he querido desplegar para no perder la pureza de la obra, la he
dejado cosida y solo me he asomado furtivamente por las rendijas que ha
dejado abiertas para que pueda seguir observando el día a día de un
emigrante, es una suerte de "Big Brother". Muchas gracias amigo por tu
obra, conceptual y fuerte, un grito de soledad y esperanza.

EN EL BOSQUE DE LA ALHAMBRA I



 
 
     Paseando lentamente como acostumbro, para impregnarme de los
maravillosos sonidos y olores del frondoso bosque que vigila mi
ciudad.
 
      Percibiendo sonoras cascadas de agua helada, trasparente que baja
desde los jardines del Generalife, vi que de un gran castaño
centenario caía suavemente una enorme hoja marrón, muy sutil era
su caida, casi volaba hacia mis tendidas manos, según se acercaba
pude vislumbrar que realmente su forma adolecía de las puntas con
que se adornan estas lindas escamas de estos árboles, además
carecía de nervaduras para reforzar su carácter.
 
       Cada vez mas cerca de mi vi con asombro que en esa linda hoja
había una mancha negra, bueno al fin y al cabo era invierno y
podría ser que se había mojado e incluso pudiera que se tratase
de algún liquen que intentaba aferrarse a la vida. Ya a una
distancia menor, pude apreciar que se trataba de unas letras,
quizás este árbol qureia decirme algo, pues es un paraje tan
especial, tan hechizado que no me extrañaba nada esta situación
que todos hemos vivido muchas veces en un lugar tan entrañable y
mágico a la vez.
 
       Finalmente cuando ya casi la tocaba con mis dedos vi el mensaje, el
conmovedor y maravilloso mensaje " ARTE ES DAR".
 
       Inmóvil, helado me quedé, ¿quien me conocía tanto, quien podía
haberme hecho llegar un mensaje tan profundo de esa forma tan
maravillosa? Pronto descubrí el maravilloso secreto que guardaba
mi dorada hoja de castaño, era Mi amiga Claudia Morassi que desde
Montevideo me la dejaba caer en mis manos justo en el mejor de los
sitios.
 
       Abriendo los pliegues de este maravilloso regalo encontré que
parte de esta belleza se había instalado en su interior, los
pájaros se guarecían de la lluvia, Ya florecía el campo
inundándolo todo de su fragancia y olores.

EN EL BOSQUE DE LA ALHAMBRA II



 
 
     Seguía mi fantástico paseo, pero ya mi paso no era lento porque ya
estaba volando, sentía esa sensación que tenemos los que creamos
nuestro mundo imaginario, estaba envuelto en una pura y blanca nube
de algodón cuando algo despertó mi atención, eran unas ramas de
sauce muy retorcidas, daban la impresión de ser unas manos que
aprisionaban unos brotes verdes, pensé que podía ser musgo, pues
estaba en una umbría y con la humedad y el frío seria lo mas
natural.
 
       Me acerque sigilosamente, pues también podía ser algún animal
mitológico de esos que tantas veces no encontramos en nuestra
travesía en la búsqueda de la belleza.
 
       Allí estaba yo frente a un paquetito en la copa de un majestuoso
árbol, suavemente fui abriendo los dedos que asía el preciado
objeto y allí en lo mas alto de la colina de la Alhambra estaba el
mensaje que me mandaba Jorge Echineque, nunca sabré como sabia que
iba a encontrar su obra en lugar tan recóndito e inaccesible.
 
       Una vez en mis manos abrí dulce y pacientemente aquella fruta
verde que me daba el sauce y me encontré con el mensaje de
esperanza que encontró nuestro amigo en la calle de una ciudad
lluviosa, un amor blanco y puro como la flor del azahar. Allí vio
como la tenebrosa y áspera calle también tenía rincones de
esperanza e ilusión.
 
       Bonito libro que me sugiere esa ciudad que todos conocemos, no solo
en Montevideo, sino en cualquier parte del mundo, ciudad que nos
engulle y no nos deja respirar.
 
      Encantadora obra muy profunda, tanto como la hoja que guarda en su
interior para recordarnos que siempre habrá una nueva primavera.

EL LARGO OTOÑO




   Seguía siendo otoño llevaba ya largos años hundido en un largo y triste otoño, siempre envuelto en arces rojos, cubierto de sus hojas que me envolvían y me asfixiaba.
   La lluvia lenta suave y constante empañaba mi mirada, el color rojo tan intenso hería mi pupila hasta hacerme sangrar lagrimas de pasión, lagrimas de tristeza de compasión por el ser en que me estaba convirtiendo, animal huidizo y desconfiado, tapado por una gran mascara de tupidas hojas, solo en algunos minutos, o quizás segundos en que brotaba la primavera y veía alguna mariposa podía lavar mi cara para ver el animal enjaulado que se reflejaba sobre los charcos de rocío que ese sol de primavera había convertido en cristalina agua.
   Maravilloso libro que he podido ver en la red, perteneciente a mi admirada amiga ANA CELIA QUINTANA, y que  amablemente a fotografiado y colgado Mª Antonia Sánchez, en su blog.
  En este fantástico documento grafico, veo la ternura que nos recrea su autora para enmascarar el triste destino del otoño, que cada vez se torna mas rojo, mas largo y por su puesto mas triste. Ana Celia ha sabido entrar en nuestros corazones de la forma mas sutil para arrancarnos esa sonrisa de niño que llevamos dentro a la espera de su regalo que en este caso viene dado en forma de primavera, una primavera verde y frondosa, rodeada de multicolores mariposas revoloteando sobre nuestras vidas. Un fuerte abrazo ya gracias por darme ese soplo de emoción y de fuerza para escribir. 

SOÑABA…….





   Aun no era de día, intentaba desperezarme pero no podía, así que me deje llevar, tanto fue así que volví a quedarme envuelto en mis penumbras, pero esta vez era un dulce y profundo sopor que me elevaba mas allá de las nubes, porque realmente volaba, no era un sueño, estaba sobre el Atlántico a gran altura hasta que baje lentamente para seguir acurrucado sobre las mansas aguas del Mar del Plata.
    Nunca había pisado esas tierras, ni en sueños, era mi primera incursión de muchas que seguirían, pues encontré la paz que necesitaba junto a aquellos pájaros que me acompañaron en mi fugaz y delicioso paso por el charco que une las orillas de Argentina y Granada.
  Que bonito era todo, apacible, arrullado por un tango, aunque no estaba muy seguro si así era, pero el sonido si que era la machacona música de una bandoneón tocado por algún marinero errante perdido en alguna cala cercana.
 Así estuve horas, no se si días, pues era difícil discernir algo en aquel estado de embriaguez en que me encontraba Parecía que ya clareaba algo y del suelo iban brotando flores, bueno aún no sabia si serian flores, pues realmente la tierra parecía romperse, como si pugnara por salir algún brote vegetal, se rasgaba la superficie cada vez mas rápido, parecía que incluso le arrancara algún quejido, pues ciertamente el dolor sería intenso toda la piel rajada, abierta como una gran herida sangrante.
   Después de un rato de observación y estupor vi que se asomaba algo geométrico, como una punta de lanza, esta crecía a gran velocidad hasta convertirse en un gran y maravilloso obelisco, y la gran herida de la tierra se convirtió como por arte de magia en una gran avenida, nada mas y nada menos que la calle Corrientes de Buenos Aires.  
      Aquello me hizo recordar que mi gran amiga Ángela Vadalá  me había estado contando cosas de su tierra, del barrio donde nació, creo recordar que me dijo que era La Boca. Que preciosidad, como ella fue capaz de llevarme volando por todo su mundo con unas palabras con un gesto.
    Precioso libro, que me ha llegado muy adentro por la expresividad y su riqueza de sentimientos. Muy cuidado y sensible.
    Muchas gracias Ángela Vadalá por tu obsequio y por tu gran humanidad.

sábado, 23 de marzo de 2013

Danaus plexippus






                                             










      El naranja es un color alegre, libera las emociones negativas, te hace sentir menos inseguro, menos penoso, más comprensivo con los defectos de los demás y te aporta ganas de perdonarlo todo, además estimula la mente, renueva las ilusiones en la vida y es el perfecto antidepresivo, pues nos da esa energía que necesitamos para llegar a crear todo aquello que deseemos y así lograr la felicidad absoluta.

     Perfecto, necesito ser naranja, crear naranja, no puede ser tan difícil, desde este mismo instante quiero convertirlo todo en el complementario del azul, sentirme así de vivo, así de feliz, nunca hubiera imaginado que pudiera ser tan fácil, pintemos la ciudad de naranja, los árboles de azul…

     No sería tan difícil lograr la paz mundial, con un sólo chasquido de los dedos podemos hacerlo, si cada uno de nosotros pintásemos una pequeña parcelita de nuestro hábitat lo habríamos logrado, sería magnífico si no fuera por un pequeño fallo, algo que me he encontrado un poquito más adelante en mi investigación sobre la felicidad y la armonía. Resulta que mi color favorito, aquel con el que iba a pintar mi vida, mi mundo, tenía una pequeña tara, ese contrapunto necesario para que todo funcione perfectamente, pero que en el naranja es tan controvertido, o al menos eso pienso yo que me deja sin argumentos para poder pediros que encalemos nuestra cúpula de ese color, para que cuando llueva ilumine nuestras vidas.

     Como contrapartida el individuo con color naranja puede llegar a desarrollar unas cualidades totalmente contrarias a lo que deberían, es decir, puede convertirse en una persona manipuladora que hace lo que sea para conseguir cumplir sus deseos. Es por ello que en vez de querer ayudar a los demás, se vuelve egoísta y poco sociable.

     Que desastre, que desilusión, acabo de perder mi nueva tonalidad, resulta que también puede ser todo lo contrario, - no seas naranja- podrían decirnos, y en mi caso no se equivocarían, esa acidez que me caracteriza seguro que me la infiere ese color, esa fruta. Ya no sé cómo arreglar este mundo, mi mundo, se me han caído los palos del sombrajo y no sé muy bien cómo focalizar esta nueva derrota, pero lo cierto es que tampoco podría ser tan fácil arreglar el mundo con unas pinceladas de color, eso ya se le habría ocurrido a alguien, pues a lo largo de la historia ha habido todo tipo de movimientos, partidos, marcas y personajes encarnados e inspirados en él, incluso en la guerra de Vietnam usaron una mezcla de herbicidas hormonales llamado “Agente naranja”, y todo ello con mi color favorito. Aunque sólo haya sido por unos minutos, he podido disfrutar de su fuerza y vigor, para luego dejarme arrastrar hasta el fondo de mis propias inmundicias. Si fuera naranja sería el peor de los naranjas, el más turbio de todos, sería un naranja fétido y desalmado, solitario y altanero, prefiero que nadie me vea así pintado con ese maloliente color que ha infectado mi cuerpo y alma.

     Estaba triste, apesadumbrado, no pude captar la intensidad y las posibilidades de la confidencia que había llegado hasta mí, nuevamente estaba cegado y cerrado a todo razonamiento que me llegara por los cauces no autorizados por mi obtusa mente. Estaba frente a algo único y no supe comprenderlo hasta un tiempo después, cosa que ahora agradezco, pues ya estoy totalmente preparado para absorberlo y contaros la maravillosa historia que me ha pasado.

     El aire se hacía irrespirable por momentos, y en esta ocasión no era una pesadilla, mi corazón no estaba oprimido por mi enorme pecho, no estaba bocabajo en la cama, pues mi posición era erguida, algo encorvado, pero en posición vertical, estaba mirando fijamente al cielo, pues presentía algo anormal a mi alrededor, el calor se hacia insoportable y la luz se estaba tamizando, perdían pureza los colores de todo lo que me rodeaba, no podría interpretarlo con palabras, pero lo cierto es que la situación se tornaba peligrosa y muy extraña. Ya el lugar se estaba convirtiendo en irreconocible para mí, todo era más grisáceo, estaba anocheciendo en pleno día, apenas podía reconocer ninguna tonalidad a mi alrededor, pero yo seguía allí quieto, intentando comprender aquello que estaba sucediendo a mi alrededor. Nunca hubiera podido correr aunque creo que no lo intenté, todo parecía un mal sueño, pues allí anclado tendría que esperar el fatídico desenlace, debía esperar que las fuerzas extrañas que me rodeaban me llevaran a esa otra dimensión desconocida que sabía que se abriría frente a mí en cualquier momento. Todo pasaba muy rápido, no podía pensar ni analizar la situación, me notaba confuso y acobardado, ya todo estaba terminando y yo allí quieto, inmóvil, absurdamente ni siquiera sudaba a pesar de las altas temperaturas a las que estaba siendo sometido.

     Sólo cabía esperar, dejarme arrastrar por la marea que llegaría de un momento a otro, ese tsunami sería lo último que vería y nunca más podría escuchar a Mozart ni deleitarme con el grave y sonoro timbre de Cello, pensando que es la voz aguardentosa de una cupletista entrada en años llorando una triste melodía mientras lo arropa entre sus piernas.

     Aquello que había empezado como un bonito día de campo se convirtió en algo difícilmente imaginable para cualquier mortal, la peor de mis pesadillas se enfrentaba a mí en plena vigilia. Pero aquel día no era uno más del año, estábamos en Noviembre, concretamente era el día de “Los muertos”, y eso era muy importante, aunque yo en aquel momento lo ignoraba, nunca olvidaré ese día.

     -El Día de  Muertos es una celebración mexicana de origen prehispánico que honra a los difuntos el 2 de noviembre, comienza desde el 1 de noviembre, y coincide con las celebraciones católicas de Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos, se cree que los familiares fallecidos regresan a casa, donde se les honra con banquetes, celebraciones y elaboradas ofrendas. De acuerdo con la leyenda, las mariposas monarca que llegan a México en estas fechas son en realidad las almas de los fallecidos que regresan a este mundo. Hay registro de celebraciones en las etnias mexica, maya, purépecha y totonaca. Los rituales que celebran la vida de los ancestros se realizaban en estas civilizaciones por lo menos desde hace tres mil años.-

     Nunca me había percatado de ese detalle, que un día como otro cualquiera tuviera esa trascendencia en la vida de muchas personas, incluso ya para mí también desde este momento en que estoy relatando mi profunda experiencia extrasensorial, sin poder transmitir todo aquello que percibí de manera clara y concisa, pues hay que tener en cuenta el estado en que me encontraba, debido a la situación tan extraña que estaba viviendo, aún así intentaré hacerlo de una manera clara y sencilla.

     Finalmente pude comprobar el porqué de aquellos cambios tan espectaculares a mi alrededor, pues se trataba de una gran nube naranja, ese color que me perseguía desde el inicio del relato, se acercaba a mí de forma rápida e inexorable, me atenazaba y a la vez me excitaba, y cuando todo se cubrió de ese mar de nimbos agrios vi claramente que se trataba de algo que la naturaleza obsequiaba todos los años a los habitantes de México y al mundo entero, los bosques  se pintan de naranja en Michoacán, entre 60 millones y un billón de mariposas emprenden el viaje desde el Este de Canadá y hasta los bosques del Centro-Occidente que es el lugar donde vive mi amigo Teodoro Lavín León, que es un pintor expresionista y activista político muy comprometido, este gran luchador de las causas justas me ha revelado el secreto en un maravilloso libro cuajado de tricolores lepidópteros, esos que año tras año recorren casi cinco mil kilómetros para posarse en los templados bosques de su comarca.

     Los algodoncillos que comieran las orugas de las” Danaus plexippus” se han convertido en papel, para que fielmente plasmara su vuelo, su migración, y en definitiva su vida y que así pudiera yo disfrutar aquello que lleva viendo desde su niñez. Pero además como escritor reconocido que es, entre el vuelo grácil de las monarcas me explica, me conduce y me lleva a través de su mundo, de sus mundos a ver y sentir todo el proceso del milagro. Su verbo lo transcribo  seguidamente:





        Migrante que baila entre las flores

        Mariposa que vuela y revuela sobre la nada

        Naranjas de vuelo intercontinental que surcan el cielo de América

       Valientes como naves de Avatar que enfrentan vientos diferentes

       Migración de América del Norte, de Canadá a México en el invierno

        Mariposas que danzan en mi bosque colgadas de ramas como pencas

        Llamarada de sol que inundas nuestros cielos

        Vibran, danzan en mi armonía sinfónica



     Así termina mi experiencia con el libro de las mariposas que va más allá de cualquier tratado que nadie escribiera.

    

    


      

    


miércoles, 20 de marzo de 2013

TODOS ESTOS AÑOS FUERON COMO UN DÍA









Benn
1905 . 1989
"Toutes ces annes furent comme un jour"
Y debajo, en una lápida más pequeña:
"La peinture c’est la vie”
"Ma vie c’est la peinture"
     Esto es lo que me encuentro en un blog de un artista español, y  que paso a traducir inmediatamente: Benn 1905. 1989 " Todo estos años fueron como un día " debajo, en una lápida más pequeña: " la pintura es la vida " " mi vida es la pintura”.
     Me quedo helado y rápidamente me pongo en contacto con el autor de la página, su nombre es Lorenzo Forné y me comenta: “Entiendo que sabes donde está el Cementerio de Montparnasse. La lápida, como se puede ver en la foto, estaba por la parte central del cementerio, ya sé que esto no es decir nada pero creo recordar que era por aquella zona por la que también me encontré con la tumba de Julio Cortázar”
     Con estos datos me quedo y busco más información acerca de mi hallazgo, puesto que me ha resultado muy interesante y me topo directamente con la Escuela de París, que fue un grupo heterodoxo de artistas que trabajaron en París en el periodo de entreguerras (1915-1940) En ella hubo una gran diversidad estilística, sirviendo para englobar a artistas de difícil clasificación. Sin embargo, la mayoría estuvieron vinculados en mayor o menor medida al expresionismo.
     Me siento entusiasmado con la madeja que estoy descubriendo gracias a esta extraña lápida, unos artista englobados en esta escuela y que ya desde este momento adoro como si de un tótem se tratara, ya que todos y cada uno de ellos me llevan por mundos maravillosos, esos mundo en los que vivo, en esos que habitualmente lloro, sufro y disfruto. Lugares de acción, de devoción, pero también de angustia y dolor, mundos desolados y tristes. Inhóspitos para el resto de los mortales, pero muy vivos para mì, son mis paisajes, los lugares por donde transita mi vida y mi existencia, es allí donde moro, desde donde escribo, pinto y estudio, es mi jaula, mi extraña vida se desarrolla allí, la vida de eso hombre indescriptiblemente apasionado con todo lo que hace hasta el siguiente segundo, que es donde ya comienza a odiar lo creado, lo construido…
     Estoy extasiado con lo que leo, pues el término engloba a una gran variedad de artistas, tanto franceses como extranjeros, que residían en la capital en el intervalo entre las dos guerras mundiales. En aquella época París era un fértil centro de creación y difusión artística, tanto por su ambiente político, cultural y económico, como por ser el origen de diversos movimientos de vanguardia como el fauvismo y el cubismo, pero sobre todo por ser el lugar de residencia de grandes maestros. Que tiempo más hermoso debió ser ese, vivir en ese crisol de arte y cultura, que seguramente no estaría tan cerrado como son los actuales, aunque si  hubiese pertenecido a esa época nunca los hubiera conocido, por mi incapacidad de relacionarme durante mucho tiempo con nadie.
     Yo y mi forma de ver e interpretar la vida hace que me sea imposible mantener amistades, ni siquiera con artistas cercanos, a lo más que llego es a cartearme con ellos y así escribiendo, todo es más meditado, más pausado, siendo las interpretaciones también más abiertas, con más escapatorias, pues no suelo decir las cosas tan directamente para así no herir a nadie, pues las más de las veces escribo para mi, como terapia vital. Las metáforas lo inundan todo para que yo y nuevamente yo pueda flotar sobre esas aguas turbias sin miedo a ensuciarme con mi torpe verbo.
     Esa tumba, ese epitafio me ha hecho escribir estas líneas aprovechando este momento de entreguerras personales .En estos momentos de dudas con respecto a mi última obra, de mis inconclusos “peces solubles”. Ya llevo varias semanas esgrafiando sobre la pintura, raspando y retirando lo que alguien pegó en su día, liberando su masa para que floten sobre las azuladas aguas, que pueda elevarse hacia ese cielo que mira desafiante, mis peces se sienten atrapados en la tela de araña que tejí sobre ellos, esa red que me atrapa y me ahoga no los deja que sean libres, nos mantiene unidos hasta el momento final en que ellos puedan liberarse y nadar finalmente hacia su propia eternidad, que se sientan capaces de comenzar una nueva vida en la que yo ya nada tendré que ver. Mis queridos compañeros de viaje, esos fríos y apelmazados azules ya no volverán a estar unidos a mí, ellos nacieron para ser libres y por ello mantenemos esa feroz lucha desde el mismo instante de su nacimiento. Ellos se crearon así mismos con la ayuda de mis manos, se pintaron y finalmente se separan de mi con los cortes del afilado bisturí que porto diariamente, ellos me guían con precisión de cirujano para que pueda separarlos sin sufrir el menor daño.
     Espero y deseo terminar mi obra con el menor daño posible para mi persona y los que me rodean, esos animales pronto serán una nueva estampa que adornará una pared, otro amor abandonado a su suerte, es la triste vida de lo creado a mi imagen y semejanza, es el triste destino de mi obra.
    Comienzo la historia en un cementerio, con un epitafio y la termino con una cita de Vincent Van  Gogh: “Sueño mis pinturas y luego pinto un  sueño”.              
                                                              
    
    

miércoles, 13 de marzo de 2013

CARMEN Y EL VENCEJO

          Ya es verano, un verano muy caluroso, pero divertido y alegre, tengo grandes proyectos desarrollándose satisfactoriamente, el curso ya hace que terminó, nunca supe el resultado, (me quité ese estigma). Anteayer hice mi nueva prueba de acceso a la Escuela de Arte (cada vez que comienzo un nuevo ciclo me examinan de dibujo y una prueba específica de lo estudios que quieres realizar).
    Trabajo, escribo y lo hago durante muchas horas, pinto y dibujo, pero sobre todo dibujo, dibujo en casa , pero también en la calle, es una disciplina que hago desde hace cuatro años, todos los veranos salgo con mi cuaderno a plasmar mi ciudad a interpretar los paisajes sonoros y grises de Granada, a llenar de humo las hojas de papel y mis pulmones, a llenar de suciedad mis pantalones y mis manos, pues mi posición siempre es sentado en el suelo, como un malandrín, como un pintor callejero que soy.
   Ayer, después de mi dura y enconada discusión, pero muy clarificadora para las dos partes,( me refiero a mi boceto ) pasé a ver a mi zapatero, ese ser curioso que tiene su taller en el casco viejo de la ciudad, un hombre afable y bonachón, que me tiene esperando mas de un año mi último diseño de calzado para el estío, eran para el verano del año pasado y aún no las tiene, ya hace una semana que ha vuelto a entrar otro solsticio, espero poder estrenar esas zapatillas rojas, ¡si rojas! ¿Que pasa?, bien bonitas que son, o serán, mejor dicho. Ya ha comenzado a hacer las plantillas, bueno, al menos ha comenzado. Fali, si me lees, has el favor de termínamelas……..
    De vuelta a casa me he encontrado un vencejo en la calle, estaba herido, o era pequeño, no se, lo cierto es que respiraba muy agitadamente y me acordé que en un reportaje había visto que estos animales si caen al suelo, no pueden volar de nuevo, pues tienen una envergadura de alas muy grande y eso les impide emprender el despegue.
     Ni corto ni perezoso, lo agarro suavemente entre mis manos, estaba caliente, blandito y con un tacto extraño, parecía más bien pelo que pluma (sin doble sentido). Lo lance al aire muy fuertemente, pues aun poseo una gran musculatura, producto por mi paso por el mundo del deporte y voló, voló muy alto mientras le duró el impulso, para luego estrellarse estrepitosamente contra el suelo, salió gente de los portales, de las tiendas, pobrecillo decían, yo lo he visto como se desplomaba desde lo alto, se habrá caído de su nido y no puede volar. El que voló fui yo, que vergüenza, así que mi di la vuelta y me puse a ver el escaparate que había a mi espalda, era una tienda de objetos de segunda mano, mas bien de cosas viejas e inservibles, (me vuelven loco esas tiendas) y vi unos preciosos trajecillos de niño pequeño, me recordaron unas de las Fotos de Blanca Oraa,(por la forma de estar colgados) Que lindos, que cosa mas simpática de ropita, pero estaban un poco rotos, un poco, pasados de moda, un poco de muchas cosas. Pensé ¿quién podrá compara algo así? Pero mi mirada ya era más tierna, ya los estaba rellenando de carne sonrosada, me llegaba la imagen de mi sobrina-nieta Carmen, la cual aun no conozco.
     Paseaba mas pausadamente después de los sucesos, pensaba en la vida, en la familia, en esa niñita, y lo hacia porque horas antes había recibido un sobre  de Argentina, mi amiga Ángela Vadalá me mandaba unas maravillosas cositas para la niña, unas bonitas frases, unos delicados sobres de infusiones con bonitas y blancas imágenes de flores y palomas, símbolos de paz y pureza, esos sobres, aun rezumaban el juego del amor que habían estado infusionando para hacerme llegar ese aroma dulzón y penetrante del amor.
   Es el presente que envía Ángela Vadalá a mi primera sobina-nieta para que sea introducido en la capsula del tiempo que le entregaré en nombre propio y de mis amigos a sus padres para que la custodien hasta su mayoría de edad.
   Muchas gracias amiga por tan delicado y bonito regalo, y quedo permanentemente en deuda contigo