Seguía siendo otoño llevaba ya largos años
hundido en un largo y triste otoño, siempre envuelto en arces rojos, cubierto
de sus hojas que me envolvían y me asfixiaba.
La lluvia lenta suave y constante empañaba
mi mirada, el color rojo tan intenso hería mi pupila hasta hacerme sangrar
lagrimas de pasión, lagrimas de tristeza de compasión por el ser en que me
estaba convirtiendo, animal huidizo y desconfiado, tapado por una gran mascara
de tupidas hojas, solo en algunos minutos, o quizás segundos en que brotaba la
primavera y veía alguna mariposa podía lavar mi cara para ver el animal
enjaulado que se reflejaba sobre los charcos de rocío que ese sol de primavera había
convertido en cristalina agua.
Maravilloso libro que he podido ver en la
red, perteneciente a mi admirada amiga ANA CELIA QUINTANA, y que amablemente
a fotografiado y colgado Mª Antonia Sánchez, en su blog.
En este
fantástico documento grafico, veo la ternura que nos recrea su autora para
enmascarar el triste destino del otoño, que cada vez se torna mas rojo, mas
largo y por su puesto mas triste. Ana Celia ha sabido entrar en nuestros
corazones de la forma mas sutil para arrancarnos esa sonrisa de niño que
llevamos dentro a la espera de su regalo que en este caso viene dado en forma
de primavera, una primavera verde y frondosa, rodeada de multicolores mariposas
revoloteando sobre nuestras vidas. Un fuerte abrazo ya gracias por darme ese
soplo de emoción y de fuerza para escribir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario