jueves, 27 de septiembre de 2012

LLEGÓ LA PRIMAVERA

       Estaba yo como siempre en mi largo letargo invernal dentro de algún acto, no me acuerdo bien si realmente era un entreacto de la obra teatral que vivo desde hace mas de cincuenta décadas oí a lo lejos el trinar de un pájaro. Aleluya despierto y corro hacia la calle, al jardín de hormigón y cristal para ver de cerca la llegada de la primavera, el primer pájaro que despierta y viene a deleitarme con sus trinos.
Bajada de telón, no hubo aplausos, solo desasosiego, no entendía nada me quedé helado hacia frío y esperé a ver que escenario tocaba en el siguiente acto.
      Risas me despertaron, pues realmente estaba en el portal de mi casa, descalzo y en pijama, no era primavera, hacia mucho frío y sentía la ridiculez del momento desde muy adentro. Pero........ Se oye el trino nuevamente, si eso si era cierto, estaba despierto helado pero seguro que había un pájaro a mi derecha, escondido en el buzón del piso 3ª C. Jo que suerte pensé un pajarito está haciendo su nido en mi buzón, es el milagro de la primavera.
     Despacito me acerqué a el, lo abrí con suavidad para no asustarlo y así poder contemplar con todo su esplendor aquel ser que me regalaba su hermosura. Allí estaba, pero no había un ser vivo, parecía un sobre, pero que raro, de donde procedía esa música, que ya me sonaba mas mecánica, era un sonido melódico y muy bello, claro pensé debe ser una cajita de música.
    Meto mis manos para tocar ese bonito sobre, para abrir la cajita de música que me regalaba Lorena López Centell desde Argentina, era una melodía de Luis Alberto Spinetta.
       Al abrir el sobre me encuentro una magnífica caja de color hueso finamente labrada. Con cuidado la abro, aún pensaba que podía tener oculto algún duendecillo, pues no sabia como podía seguir sonando después de tantos días de viaje.
     En el interior del lindísimo contenedor estaba todo el secreto acordeonado de la ciudad paso a paso, minuto a minuto, finamente ensamblado en un aura un tanto triste, era una ciudad melancólica, gris.
Realmente pensé aun queda bastante para la primavera, pero ya presentía un bonito renacer desde la esperanza y la ilusión de quien hace que cada día sienta emociones muy encontradas al acceder al universo y la diversidad de los creadores de arte que me han regalado un trocito de si mismo en cada obra que recibo.
Un abrazo a todos y espero que sigan recreándose con el goce de recibir y dar mas y mas obras.

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