jueves, 27 de septiembre de 2012

TODO ES POSIBLE EN GRANADA


    Ayer un día del frío invierno, al abrir mi buzón encontré un pequeño copo de nieve en su interior. Al verlo tan blanco y perdido, lo llevé a mi casa, que estuviera junto a mi, pues me gustaba ese brillo tan angelical que me dedicaba cada vez que lo miraba.
  Era redondo y suave como una nube de algodón, blandito al tacto, y contra todo pronostico cálido, no me regalaba lágrimas al derretirse por la temperatura de mi mano, solo vi que se iba haciendo traslúcido con el paso del tiempo, primero le veía un tono perlado, rosáceo, hasta que me entregó su verdadero color. Rojo, un rojo intenso, cegador.
  Recuperado ya de mi extrañeza y viendo que estaba abriéndose como una flor, vi que de su interior brotaba una maravillosa obra, un pequeño y encantador haiku finamente tramado sobre papel de arroz, una larga y fina fibra de cereal hábilmente urdida por las sensibles manos de de Virginia Maluk.
  Estuve largo tiempo contemplando la dulce y ajada carcasa de esta linda flor que viajo desde Viña del mar Chile hasta mi buzón, la vi tan llena de ilusión y esperanza que me daba miedo que al abrirla escapara todo su aroma de golpe y perderlo para siempre, pero no fue así, y cada fino pétalo de la flor fue un canto a la belleza y a la sensibilidad.
  Agradezco este trozo tan hermoso de ti y felicito a todos los que lo van a tener.

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