martes, 25 de septiembre de 2012

MIGRACIONES INTERNAS

      Migraciones…, es lo que hay, bueno, realmente no se que se entiende por ello, es mas no se si debo escribir aquí, en un foro de amigos, de artistas, de mentes sin fronteras, sin aduanas, sin prejuicios. Escribo porque pienso que aún me leen media docena de amigos o menos, pero ellos lo merecen, se lo merecería uno, si solo uno de vosotros lo hiciera, le debería el gesto, la reflexión de esto en lo que estáis involucrados, sobre lo que estáis creando, en lo que estáis volcando vuestra creatividad.
     Seguro que no es el lugar ni siquiera soy el más indicado para hacerlo, pero mi incontinencia verbal nuevamente me hace pecar, y cuando peco me siento vivo.
     El evento en el cual os encontráis inmersos gracias a nuestra amiga Virginia Maluk, no es mas ni menos que un acto introspectivo, un examen interior que debemos hacer, al que nos invita ella, desde lo mas profundo de su ser, y que sin darse cuenta nos lleva a ver desde nuestro interior, debemos de ser capaces de visualizar que es lo que hay dentro y fuera, que es lo que nos divide y que lo que nos aleja. Si no sabemos quien está dentro y fuera, difícilmente podremos ser capaces de reconocer quien es el emigrante……….
     Aprovechando el momento y el lugar, comento el estado de mi persona en un lugar al que ya no pertenezco, puesto que se creó para “artistas” que crean libros, y por pura lógica ya no estoy en el, pero bueno ya que estamos todos de acuerdo y cuatro amigas siguen siéndolo e incluso un compañero me obliga a serlo, es maravilloso, cinco amigos en dos años. En cincuenta y dos no he conseguido ninguno.
   No puedo pensar en un emigrante con su maleta, ni una mujer llorando mientras despide a su marido, a su novio, a su padre. No puedo pensar en desolación en dolor, en habitaciones vacías de lúgubres pensiones en puertos, en andenes de ferrocarril. No puedo pensar en frías y sucias sabanas de barcos de pasaje para los viajeros de alguna clase no definida. No puedo pensar en carteras vacías, en dinero robado o extraviado en oscuros callejones, en portales débilmente iluminados con luces rojas. No puedo pensar en noches de insomnio en salas de espera de inmundas estaciones atestadas de malolientes viajeros sin maletas, sin alma, apenas sin cara, y siempre sin expresión.
      La palabra emigrante nada tiene que ver con la persona a la que se le aplica tal apelativo, el o ella es una persona que opta por un cambio en su vida, ya sea forzadamente o por pura voluntariedad, nada tiene que ver con lo que comentáis, nada tiene que ver con la realidad que cada uno conoce.
     La emigración o migración o tantos apelativos como queramos ponerle al simple hecho de cambiar de domicilio por razones muy diferentes en cada uno de nosotros, o de los sujetos al que nos refiramos, no es ni más ni menos que poner un poco de tierra o mar entre nosotros y algo o alguien donde se encuadraba nuestra anterior vida.
    El exilio voluntario o no, no es sino un cambio físico que no debía de ser interpretado mas allá de lo que queramos que lo sea, no es nada, forma parte del devenir de la vida, otro “input” que observamos y vivimos. La propia evolución de las especies y no solo la humana se ha nutrido de todos estos viajes, gracias a ellos la humanidad ha llegado a donde estamos, con todos sus pros y sus contras. Prueba de ello estamos todos conectados en tiempo casi real desde cualquier parte del planeta, pudiendo reír y llorar juntos sin habernos conocido nunca; solo por compartir un sueño y unos metros de cable.
    Mi conclusión y a modo de ensayo, pienso que el tema es maravilloso, pero…No se, pienso que no se está tomando desde el punto de vista subjetivo y usando “la gestalt” que es el que se debe de tomar siendo artistas y humanistas. En definitiva, de alguien que debe de crear desde dentro. Pienso que se han de absorber todas y cada una de las porciones que nos regala la vida, pasarla por nuestra batidora virtual y después servírnosla con un buen vino para disfrutar de otra gran cena. Porque nunca sabremos si esa será nuestra “última cena”.

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