martes, 25 de septiembre de 2012

LUNA NEGRA GOFRADA

 
  El sábado día 5 de Mayo del 2012 la Luna se situó a 356.575 kilómetros de la Tierra, es decir, un 7% más cerca de la distancia media que separa a nuestro planeta de su satélite (382.900 kilómetros). Si bien desde el hemisferio sur sólo se verá un 1% más grande, en el hemisferio norte el tamaño lunar percibido será un 14% superior.
    La órbita de la Luna alrededor de la Tierra es ligeramente elíptica, y sus dos extremos se denominan apogeo y perigeo, cuando el satélite está más lejos y más cerca de nuestro planeta respectivamente. El fenómeno del sábado, apodado “superluna” por su singularidad, se produce durante el perigeo lunar. Y sus efectos sobre la Tierra apenas son perceptibles, como ha aclarado la NASA después de que el astrólogo Richard Nolle ligara erróneamente este acontecimiento a los desastres naturales de los últimos días. “La coincidencia de la proximidad de la Luna con la fase de luna llena no afectará al equilibrio energético interno terrestre”, Subraya Jim Garvin, científico jefe del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA. Aunque la Luna provoca las mareas terrestres, no es capaz de desencadenar devastadores terremotos, añaden desde la agencia espacial.
     Con motivo del acontecimiento se creó el proyecto 'Luna táctil', que ha recibido una subvención de 4.000 euros, consiste en el diseño y creación de una esfera de la Luna en relieve de forma que las personas invidentes puedan tocar este astro tal como lo vemos en el cielo nocturno, aunque incluyendo también la cara oculta.
    Para ello, a partir del cartografiado completo del satélite realizado por la sonda Clementine de NASA, se diseñará el relieve de la superficie lunar y se destacarán los cráteres y mares más importantes. Además, “tenemos previsto crear un fichero de la esfera lunar en relieve en un formato adecuado para su impresión en tres dimensiones, que será puesto a libre disposición del público con el fin de que las personas que lo deseen puedan imprimirla y acercar la Luna a sus públicos invidentes”.
    En cuanto a los detalles de la Luna, con el fin de mejorar su aproximación, junto a cada accidente importante del relieve se colocará una letra en Braille. A su vez, en un documento adjunto en lenguaje para invidentes se incluirá la leyenda correspondiente a estas letras, cada una de ellas haciendo referencia a un cráter o mar.
    Realmente me quedé extasiado con lo que ví, ya no por la Luna real que no pude contemplar, pues estaba nublado, tanto yo como la cúpula celeste que protege la ciudad de la Alhambra, sino por la grandiosidad de tan pequeño proyecto. En estos casos nos damos cuenta de la gran suerte que tenemos los videntes y que por ser un don que hemos recibido desde nuestro nacimiento nunca, o casi nunca le damos importancia.
     Era una gran bola blanca, preciosamente diseñada, pero era algo mas, era un paso mas a mejorar la percepción de miles de personas que nunca podrán ver la majestuosidad de ese precioso astro que nos ilumina y nos hace soñar noche tras noche. Nos acompaña en nuestra melancolía, nos guía para que no perdamos nuestra sombra, pues hace que vaya íntimamente agarrada a nuestros pies. Es el soporte de “El Principito”, el momento del cambio para los licántropos y de tantas cosas como queramos imaginar, ella esta allí en lo alto dispuesta a darnos lo que le pidamos, es mas, se deja regalar cada noche por los enamorados sin pedir nada a cambio.
     Pues después de todo esto, me quedé con la imagen en mi retina, suelo recordar cosas que me impacten durante mucho tiempo, busco como plasmarlo en mi mundo mágico, para así poder recrearme en ello el tiempo que quiera, lo convierto así en otro objeto de culto en mi absurdo universo.
    Hace un rato, poco, me encontré ese disco maravilloso en mis manos, como el destino me lleva siempre hacia donde yo le indico, es un placer que mis pasos me lleven a los lugares que busco, soy un privilegiado, pienso en esa bonita Luna y como por arte de magia apareció en mi casa, en mis manos, era hermosa grande, unas veces conceptual otras real, muy real; enorme y luminosa en unos momentos, pero triste, muy triste y abatida en otros, quizá en muchos mas de los que ella misma desearía.
      Mi preciosa y negra Luna venía del hemisferio sur, pero era la misma que yo conocía, no había nada que pudiera diferenciarla de la mía, de la que me acompaña mas de cincuenta años, solo que en esta ocasión estaba mas pálida, mas desvaída y eso que no había nubes el cielo estaba raso para que yo pudiera disfrutarla en todo su esplendor.
    Luna negra atrapada entre cartones negros, cosida con negros hilos de seda y metida en una negra caja de cristal para que no iluminara su camino, camino largo y negro que la llevaría desde la costera ciudad de Viña del mar hasta mis manos, manos que podrían ser de un invidente, pues esa Luna se disfruta mas en la oscuridad, en la penumbra de las tinieblas de los negros y tristes noches otoñales.
     La tinta de mi mulata aun despedía ese olor que tanto amamos los litógrafos, grabadores y tipógrafos, que maravilla de perfume, nos traslada a salas llenas de papeles húmedos, a tinteros chorreando, a choferetas calientes, a trozos de tarlatana deshilachados colgando de los travesaños de las mesas, a buriles, bruñidores y rascadores. Parece que siento el olor a aguarrás en mis manos, en mi aliento, estoy transportándome a otro mundo onírico, bello e irreal.
     Esta maravillosa Luna tiene alma, es un ser animado, mágico hábilmente captada para dejarse enredar en los cuatro hilos de un libro maravilloso, libro que encierra mas de lo que puede. Páginas llenas de nostalgia, de ilusiones perdidas, de versos incompletos de amaneceres incompletos, de vidas truncadas.
    Antes de abrir la caja, antes de abrir las tapas, no podía imaginar que la fuerza que había encerrada en su interior inundaría la estancia, de su negra luz, solo en su exterior había un rayo de esperanza, una cuña roja, muy roja, un rojo que quema entre los gofrados, un instrumento que arañó la cubierta hasta hacerla suave y rugosa a la vez, hasta convertir su trama en un bonito e imaginario mundo, contenedor de la maravillosa obra de mi admirada amiga Virginia Maluk Manzano, que no solo me regala La Luna, sino que además me muestra su cara oscura, muy negra, pero bella como el azabache, me introduce en los intrincados mundos de Vir, que con libro no solo me entrega una gran obra de arte, sino un trozo, un gran trozo de su yo mas interno, es una obra introspectiva y hábilmente tejida para dar mucho mas de lo que aparece en su interior. Es un conjunto de sensaciones y percepciones que conmueven el alma al ser tocadas, al ser observadas en cada momento. En cada cambio de luz aparecen distintas fases de La Luna, nuevos cráteres que antes no había visto, tipografías impresas e imprecisas, mares secos…
     No tengo palabras para describir la maravillosa obra que desde hoy poseo, la alegría invade mi alma, mi corazón. Espero que mi Luna negra me ilumine.

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